peratallada
El topónimo de Peratallada parece responder a los fosos de la fortificación que rodea el pueblo, de piedra tallada, excavada en la roca natural arenosa.
El pueblo fue declarado en 1975 Conjunto Histórico-Artístico por su monumentalidad siendo uno de los núcleos más importantes de Cataluña en cuanto a arquitectura medieval. De extraordinario atractivo y belleza, Peratallada, conserva su antiguo aspecto feudal, con calles estrechas y tortuosas repletas de fachadas románicas y góticas entre otros encantos arquitectónicos.
En el conjunto monumental destaca el Castillo de Peratallada y la Torre de les Hores (reloj público). Está todo rodeado de murallas, en buena parte talladas y asentadas sobre piedra viva. El ambiente que se respira, te lleva a la época medieval.
Rincón especial
En el banco de piedra hay una inscripción que dice "El banc d'en si no fos", que quiere decir "Si no fuese por esto, si no fuese por lo otro".
Castillo de Peratallada
Situado en el mismo centro de la villa, el castillo de Peratallada, aparece citado por primera vez en un documento fechado el 8 de abril del año 1065, pero su existencia es sin duda alguna mucho más antigua, ya que durante los trabajos de restauración fueron hallados restos de culturas muy anteriores, como la romana y vestigios de la edad del bronce. De hecho, todas las culturas sucesivas desde entonces han dejado su huella sobre las rocas del Castell de Peratallada.
A finales del siglo XI, los señores del castiIlo toman el nombre del pueblo, y este linaje de Peratallada, se entronca familiarmente con la casa de CruïIles, y a partir de ese momento la familia y su castillo se ven envueltos en numerosos avatares bélicos relacionados con la corona de Aragón. Ello lleva a la constante ampliación del castillo y a su posterior transformación en suntuoso palacio.
En el año 64, el castillo, que había pasado por distintas manos, es adquirido por los Condes de Torroella de Montgri y Marqueses de Robert, que inmediatamente inician una completa restauración hasta convertirlo de nuevo en el suntuoso palacio que en sus buenos tiempos ya había sido. El resultado fue tan excelente que esta obra ha sido considerada como la mejor restauración privada de un castillo en toda España.
Grandes conciertos en sus jardines inician una etapa de esplendor cultural y turístico que Alfonso de Robert, actual Conde de Torroella y Marqués de Robert, ha llevado hasta sus últimas consecuencias convirtiendo el antiguo castillo feudal en uno de los símbolos de la alta restauración de Cataluña. De esta forma, y tras mil años de historia, el castillo ha acabado cumpliendo unas funciones completamente opuestas para las que fue creado. En vez de usos bélicos y represores, sus murallas sirven para acoger unos increíbles jardines, unos comedores palaciegos, ocho habitaciones suntuosas y unas regias estancias en las que diariamente se ofrece a sus visitantes la posibilidad de viajar en el tiempo a través del placer de los sentidos.
El palacio residencial
El palacio está formado por diferentes cuerpos de edificación que ocupan una gran extensión al sudeste y a un nivel más bajo del núcleo defensivo. Presenta un planta complicada, irregular y dispersa. Estas construcciones rodean un patio central, aunque también hay espacios abiertos, delimitados, en parte, por paredes.
La fachada principal del palacio está a levante y ocupa todo un lado de la Plaça del Castell. En el piso destacan cuatro grandes ventanas góticas con finas columnas y capiteles y arquillos trebolados sobre los cuales hay una singular decoración calada.
