Región Alentejo
Región de contrastes, situada al sur de Lisboa, entre el río Tajo y el Algarve, donde los campos de alcornoques, viñedos y olivos conducen a un paisaje agreste de acantilados que esconde algunas de las playas más bonitas de Portugal. Sus extensas llanuras, sus ciudades amuralladas, su importante patrimonio cultural, y sus vinos son algunas de las riquezas de El Alentejo, término que en portugués significa “más allá del Tajo”.
Se trata de la comarca más extensa de Portugal, aunque la menos poblada y la más desconocida del país. Con un marcado carácter rural es sinónimo de tradición y autenticidad.
Castillos, fuertes, atalayas y villas fortificadas salpican el paisaje alentejano. Son el testimonio de que, consolidada la Reconquista con la ocupación del sur, fue necesario seguir defendiendo las fronteras.
El Alentejo limita al Este con España y al Oeste, con el océano Atlántico.
Es un territorio extenso, esencialmente rural y escasamente poblado, que ocupa cerca de un tercio del territorio portugués, escasamente transitado por el creciente turismo que se dirige a Portugal, lo que ha beneficiado a la zona, permitiendo mantener casi intactas sus construcciones, sus campos, sus costumbres, su gastronomía tradicional y su vida cargada de tranquilidad y sosiego…
En su paisaje plano se mezclan colores ocres de la tierra con otros más llamativos, pueblos pintados de blanco-mármol engalanados con murallas y torres medievales que traen a colación la época de las conquistas o incluso la de los musulmanes en la Península Ibérica. Incluso, aún resisten milenarias construcciones prehistóricas en esta región que se antojó dinámica durante la larga Prehistoria. Visitar las fortificaciones es un excelente pretexto para descubrir los cascos históricos con sus peculiaridades y marcos paisajísticos.
En cualquier itinerario cultural por el Alentejo, nos encontraremos con su patrimonio arquitectónico y artístico que es impresionante: del romano al neoclásico,
pasando por el gótico y por las diferentes expresiones del manuelino, del renacimiento al barroco, todas las épocas de la historia están documentadas en esta región.
Pero, además de su patrimonio cultural, el Alentejo tiene mucho que ofrecer. Sus paisajes invitan a recorrerlos a pie, en bicicleta de montaña o a caballo; muchas carreteras, a pesar de la ausencia de carril bici, son excelentes para el cicloturismo; en los ríos, en las albuferas y en la costa se pueden realizar actividades náuticas; las playas son excelentes y el cielo es perfecto para el paracaidismo, el parapente, los paseos en ultraligero o en globo.