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castillos peninsulares

aljezur


El Castelo de Aljezur, en posición dominante sobre la villa y el río Aljezur, es uno de los castillos que figuran en el escudo de armas de Protugal, siendo considerado uno de los más significativos monumentos del Algarve. En la época musulmana el rio de Aljezur era navegable y la población era un importante puerto fluvial. De este período, anterior al siglo X, data la primitiva fortificación musulmana, del que subsisten significativos trozos de las murallas, la torre de planta circular y el aljibe. Posteriormente, en los siglos XII y XIII fueron construidas en el recinto diversas estructuras habitacionales y dos silos. La fortificación se encontraba integrada en el sistema defensivo almohade de la región de Silves.

La conquista de Aljezur es discutida. Parece que fue conquistado para el Rey Sancho II por el Mestre de la Orden de Santiago D. Paio Peres Correia, siendo discutida la fecha entre 1242 o 1246. Pero algunos autores sostienen que fue durante el reinado de Afonso III y por el mismo Mestre en 1249. En todo caso parece que la plaza de Aljezur fue la última ocupada por los cristianos en el Algarve.

Ya para 1448 el estado del castillo era de abandono, con ruinas en las murallas y las puertas quebradas y sin cerradura y la cisterna colmatada. El terremoto de 1 de noviembre de 1755 causó la ruina de todas las casas de la vila, arrasando las estructuras más altas del castillo y la iglesia matriz. En el siglo XIX continuó la degradación del conjunto. Durante los años 1940-1941 se reconstruyeron las murallas y se han relaizado varias obras de consolidación durante el resto del siglo XX.

El Castelo de Aljezur es una estructura de estilo musulmán y gótico, de ubicación rural, aislado, en una cota de 88 m. sobre el nivel del mar.
Presenta planta poligonal adaptada al terreno, definida por paños de muralla reforzadas por dos torres a norte y sur. La altura de la muralla varía entre 3 y 5 m. con un ancho de 1,5 m. Se admite que tanto las murallas como las torres estuvieron almenadas, aunque se han perdido.
Dispone de una única puerta, a nordeste, que da acceso a la plaza de armas, defendida por una torre maciza de planta circular de 5 m. de diámetro y 9 m. de altura. En el extremo opuesto, orientada hacia el sur, existe una segunda torre, igualmente maciza, de planta rectangular con 4,98 m. × 4,40 m. y altura similar a la primera.
Existe una cisterna adosada en la muralla. Los silos puestos a descubierto por las prospecciones arqueológicas, fueron excavados en la roca. También se descubrieron restos de acuartelamientos tardo medievales abandonados en el siglo XVI.

Una leyenda recuerda la conquista de Aljezur por los cristianos. Consciente de la cerrada vigilancia que mantenían los moros, D. Paio Perez, envió algunos exploradores para conocer el terreno y los hábitos de la población.
Estos consiguen seducir a una mora de rara belleza llamada María Aires, que les informó de una curiosa costumbre de los habitantes de la región: ellos se bañaban todos los años en la playa de Amoreira en la madrugada del 24 de junio.
Con esta información, D. Paio, ocultó a sus hombres entre la vegetación de un valle vecino al castillo. En cuanto los moros tomaron rumbo a la playa, se aproximaron para la toma de la población y el castillo desguarnecidos. Cuenta la leyenda que una pequeña percibió movimientos extraños fuera de la puerta y avisó a su abuela, pero esta supuso que era la brisa que movía la hierba, llevándose tamaña sorpresa cuando irrumpieron los cristianos.
Dueños del castillo, los cristianos dieron entonces la alarma, atrayendo a los moros a una trampa mortal en el interior del recinto.
Tras la conquista, D. Paio, enamorado de la bella María Ares, le propuso vida y honra, construyéndole una casa en un edifico próximo a la población que todavía hoy, en su memoria, se llama Mareares.

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Mariano García marianogarcia.besaba.com and Mariano García.