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castillos peninsulares

pombal


Se levanta en una posición dominante en un macizo rocoso en el margen del río Arunca. El origen de Pombal, se inserta en un conjunto de plazas militares (Montemor, Soure, Penela, Germanelo, Miranda do Corvo y Arouce) que se crearon tras la conquista cristiana destinadas a constituir la línea defensiva del Mondego. Su finalidad era la de vigilar y defender los accesos a la ciudad de Coimbra, que, tras su conquista definitiva en 1064 por el ejército de Fernando Magno, rey de León, acabaría por formalizar en el valle del Mondego la línea de frontera a partir de la cual se extendió la invasión cristiana hacia el sur musulmán.

Pombal nació con la construcción de su castillo, ordenado erigir, entre 1156 y 1171, por Gualdim Pais, Maestre de la Orden del Temple. El baluarte (de los primeros del Reino) fue levantado entre las dos fechas, apuntándose 1156 como el año en que sus obras se iniciaron. En efecto, la fecha exacta en que Gualdim Pais hizo construir el castillo permanece envuelto en alguna polémica, pero fruto del cruce de varios testimonios escritos, el año 1156 aparece como el más creíble para el inicio de las obras.

Bajo el reinado de D. Dinis I, ante de la disolución de la Orden del Temple en 1312 por el Papa Clemente V, el rey, en 1319, procedió a ordenar el traspaso de sus propiedades en el país a una nueva orden creada para este propósito, la Orden de Cristo. Pombal y su castillo fueron el escenario de las paces entre el soberano y su hijo D. Alfonso, celebradas en la Iglesia de San Martín en 1323.

La función defensiva pierde importancia a favor del componente residencial, siendo Pero de Sousa Ribeiro, Alcaide Mayor de Pombal y Comendador de la Orden de Cristo, el gran responsable de las mejoras introducidas en los inicios del siglo XVI. De estas obras se destacan aún hoy las ventanas manuelinas abiertas en los muros del castillo.

Durante la Guerra Peninsular fue víctima en 1811 del saqueo y del incendio por parte de las tropas francesas bajo el mando del mariscal Michel Ney, que se retiraban derrotadas, de las Linhas de Torres (1811). Abandonado posteriormente, el antiguo castillo fue arruinándose progresivamente y cubierto de extensa maleza.

Fue clasificado como Monumento Nacional en 1910. En la primera mitad del siglo XX fue transferido a la propiedad de la Cámara Municipal de Pombal. Y a lo largo del mismo, fue objeto de importantes campañas de reconstrucción y restauración.

El Ayuntamiento de Pombal finalizó en 2014 un proyecto de recalificación y valorización del castillo y la ladera envolvente, con el que ha conseguido un espacio público calificado, interconectando el castillo y las áreas urbanas de la zona baja de la ciudad.

De planta poligonal irregular, con una configuración escudiforme, presenta un perfil arquitectónico en el que destacan la presencia de las torres regularmente dispuestas. En el interior del recinto poseía un conjunto de construcciones esenciales a la vida de los monjes del Temple, desde luego una iglesia -el pequeño templo bajo la invocación de San Miguel-, y el palacio destinado a la residencia del Maestre de la Orden.

Los paños de muralla están rematados por almenas prismáticas y reforzados en los ángulos y a intervalos regulares por torreones cuadrangulares. El acceso se hacía a través de dos puertas de arco roto, una al sureste, entre torreones; otra al noroeste, abierta en el reinado de D. Manuel y por eso señalada con los tradicionales símbolos de este monarca: el escudo real, la esfera armilar y la cruz de Cristo.

La imponente torre del homenaje, cuadrangular dotada de un potente alambor y con puerta al nivel del primer piso, se alza cerca de la puerta primitiva del castillo.

Intramuros son todavía visibles los cimientos de construcciones y las bocas de la cisterna. En el paño suroeste se abre una ventana doble en cuyo mainel está la piedra de armas de los Sousa Ribeiro, antiguos alcaides del castillo.

La defensa del castillo era reforzada por la existencia de una barbacana parcial, muy reconstruida por las obras de restauración del siglo XX. En el lado exterior, en la plataforma debajo del monte donde se alza el castillo, se encuentran las ruinas de una segunda cortina, dotada de 3 torreones cuadrangulares, así como lo que queda de una capilla renacentista perteneciente a la desaparecida iglesia de Santa María do Castelo.

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Mariano García marianogarcia.besaba.com and Mariano García.