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castillos peninsulares

castelo branco


El castillo fue construido en plena Edad Media, erigido por los mismos Templarios, entre los años 1214 y 1230, siendo delimitado por una serie de torres y murallas. El rey Dinis, en principio, amplió esos límites establecidos del castillo. Lo que es un hecho es que existen evidencias de que es el rey don Alfonso IV (1343) el que se encargó de construir las murallas que hoy conocemos.

Pero la principal campaña de reformulación de la fortificación se produce en el siglo XV, cuando la Orden de Cristo (heredera del Temple en Portugal) construyó aquí el “Paço de los Comendadores” sobre una estructura anterior. En torno a 1509, Duarte de Armas dibujó magistralmente esta estructura que ya era un palacio acastillado.

La ruina del palacio de Castelo Branco se inició en el siglo XIX, cuando tras la destrucción ocasionada por las tropas francesas, tanto el ayuntamiento como muchos particulares comenzaron a utilizarlo como cantera para sus obras. En la década de 1930 se llevó a cabo una campaña de restauración y consolidación, así como la recreación de las ventanas neo-manuelinas que miran a la ciudad. Más recientemente, se han realizado campañas arqueológicas que han permitido identificar trozos de muralla y torreones contemporáneas de la construcción inicial del castillo.

La muralla interior del Castelo presentaba planta pentagonal irregular, reforzado por cinco torres, dos de ellas al este cubriendo la Ciudad Vieja y tres mirando al exterior. De ese conjunto subsiste un tramo de la muralla, al este, con adarve, ligando una de las torres de defensa de la alcazaba y la torre del antiguo Palacio de los Comendadores, en la que se encuentran las ventanas neomanuelinas.

En la plaza de armas del castillo se alza la Iglesia de Santa María do Castelo, en cuyo atrio se reunía la asamblea de los hombres buenos y las autoridades monástico-militares de la ciudad hasta el siglo XIV. Bajo la iglesia, se abre una cisterna.

La Cerca Urbana, de planta poligonal, se desarrollaba a partir de los ángulos norte y sur del castillo. Se conservan varios tramos de murallas restauradas, que comprenden al sureste dos cubos. La actual Torre del Reloj, al este, también formaba parte de las murallas; en ella se inscribía una de las puertas de la muralla exterior.

La fortaleza que existe hoy en día se debe a una reconstrucción de la Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales en los primeros años de 1940. Los datos pertenecen a la Cámara Municipal.

Poco se sabe de la historia de Castelo Branco antes de la llegada de los Templarios. La fundación de la ciudad se atribuye a los Caballeros del Templo, que habrían levantado el castillo y las murallas entre 1214 y 1230. El centro histórico de la ciudad aún guarda reminiscencias de esos tiempos medievales grabadas en las piedras de las murallas, ampliadas posteriormente por el rey D. Dinis. Con el rey D. Manuel, Castelo Branco recibió una nueva carta foral y vio crecer tanto su población como el casco urbano de la ciudad. Aún hoy las callejuelas exhiben, orgullosas, casas del siglo XVI con puertas y ventanas decoradas, símbolos de la riqueza de los comerciantes que vivían en ellas.

En los años siguientes, Castelo Branco recibió de la Corona el título de villa notable y asistió a la construcción de dos importantes iglesias cuya riqueza merece una visita con tiempo: la Misericórdia y la Iglesia de São Miguel, actual Sé (Catedral). Más adelante, D. Nuno de Noronha mandó construir el suntuoso edificio del Paço Episcopal, símbolo de la urbanidad y de la importancia que, por aquel entonces, tenía la villa a nivel nacional.

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Mariano García marianogarcia.besaba.com and Mariano García.