villaverde-luna
"A distancia de una legua y hacia el N. de la villa de Luna, encuéntrase este castillo y parte de su antigua fortaleza llamada de Villaverde; siendo su situación en un pequeño valle a la margen derecha del río Arba de Biel". Artículo de Julio Álvarez, publicado en en el Semanario Pintoresco Español de 1854,
El actual conjunto data del siglo XIV aunque algunos restos podrían darle un origen musulmán, del siglo X, formando parte de la línea defensiva frente a los cristianos.
Se ubica a unos cinco kilómetros, dirección El Frago, junto a la carretera y a la orilla del río Arba de Biel, se asienta enteramente sobre una gran masa rocosa. Desde lo alto de la torre por medio de señales se podía comunicar con castillos cercanos, como el de Biel, Yecla, Obano, ...
La primitiva fortaleza se construyó en 1092 por Banzo Azón, merino del rey Sancho Ramírez. En 1097 perteneció al infante Alfonso, futuro Batallador.
En 1167 fue donada a los templarios para repoblar la zona y proteger el camino entre la villa de Luna y la de Biel. Extinguida la Orden Templaria, Jaime II la entregó a su hijo el infante Alfonso en 1320. De esta época proceden los restos de la actual fortificación.
En 1343 Pedro IV vendió el lugar a don Lope de Luna, señor de Segorbe. Posteriormente el lugar quedó abandonado y parece que volvió a habitarse en el siglo XV cuando Fernando I vendió el condado de Luna a Juan de Funes.
En 1497 perteneció a Aldonza de Gurrea y en 1610 a Francisco de Aragón, conde de Luna. Sus últimos dueños fueron la familia Torrero.
La alta y esbelta torre de planta cuadrada, aproximadamente mide unos 10 metros de lado por 12 metros de altura, es lo mejor conservado del abandonado conjunto que está legalmente protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
La torre está defendida por un recinto amurallado formando un patio de armas rectangular. Sus muros perforados por saeteras y culminados por matacanes habiendo desaparecido las ménsulas que los sostenían. Una puerta de arco de medio punto por fuera y apuntalado por dentro daba paso del patio a la torre.
La puerta de entrada al torreón en arco de medio punto y sobre ella una saetera y una ventana semicircular.
Interiormente estructurado en tres plantas de las que se conservan dos. Un arco de medio punto sostiene el techo de la primera planta. Una pequeña ventana semicircular y estrechas ranuras a modo de saeteras iluminaban el interior. Conserva dos de sus tres plantas originales. El techo se asienta en un arco fajón semicircular.