torrijo de la cañada
El rey Pere el Ceremonioso, en 1357, ordenó demoler la mitad del pueblo, fortificar la otra mitad, y construir un castillo en la cima que había junto al pueblo. Esta decisión fue tomada para proteger el paso hacia Calatayud durante la " Guerra de los Pedros", en la que se enfrentaba al rey de Castilla Pedro el Cruel.
Un año después fue conquistado por los castellanos. Pedro el Cruel dejó al caballero don Hernan Gutiérrez de Sandoval como gobernador del castillo. Los habitantes de Torrijo, cansados de la tiranía de este gobernador, se sublevaron y conquistaron el castillo, poniéndolo de nuevo bajo la protección del rey Pere el Ceremonioso. Durante los cuatro siguientes años, el castillo fue conquistado por los castellanos en tres ocasiones, pero nuevamente las tropas catalano-aragonesas se hicieron con su control. La última vez que el castillo participó en una acción bélica fue en 1452.
Popularmente es conocido como el Castillo de los Moros, si bien, como acabamos de ver su construcción corresponde al rey catalano-aragonés Pere el Ceremonioso, en sus luchas con el reino de Castilla por defender la frontera.
La importancia del castillo, no era tanto por la fortaleza de sus muros, si no por estar ubicado en un enclave estratégico para defender las fronteras. Tenía planta rectangular, llegando a los cuarenta metros de largo.
En su interior se levantaba una torre, también rectangular, que llegaba a los siete metros de altura. Hoy en día, sus muros a duras penas llegan al metro y
medio. Del resto de sus muros destacan dos lienzos de pared que mantienen todo su esplendor con la coronación de almenas.
También se conserva un fragmento importante en el sector norte. Por la parte interior podemos ver lo que parece ser el arranque de una bóveda de cañón, correspondiente al piso inferior. Es
interesante la rampa de acceso al castillo. Está protegida por uno de los muros del recinto y acaba en un arco de medio punto, que todavía se mantiene en pie, si bien como el resto del castillo
muy deteriorado.
El resto del castillo sigue en un estado deplorable, especialmente la rampa de acceso, casi impracticable por la vegetación. Es realmente difícil y peligroso acceder a los restos del castillo desde el pueblo. A pesar de su pasado glorioso, Torrijo de la Cañada no ha sabido conservar su patrimonio, debido a que hasta no hace muchos años, como en numerosos lugares de nuestra geografía, lo antiguo no tenía ningún valor. En el castillo se puede ver claramente esta poca consideración por los monumentos que tenían las administraciones, pues dentro de su recinto se construyó un depósito de agua que desentona profundamente con el entorno.