doña martina
El castillo de Doña Martina se alza sobre uno de los cinco cerros que domina la población de Calatayud, en el centro de la misma, provincia de Zaragoza, formando parte del conjunto defensivo constituido por los 5 castillos y la muralla.
Según Ximenez de Rada (historiador del siglo XIII), en su Historia Arabum, Calatayud fue fundada en el año 716 por
Ayyub ben Habib al Lajmi, tercer emir Al-Andalus, que sólo gobernó en ese año. Posiblemente ese primer núcleo urbano fuese lo que hoy conocemos como castillo de Doña Martina. Según Al'Udri
(historiador del siglo XI), en el año 862 Muhammad I, emir de Córdoba y fundador de Madrid, encomendó a Abderramán ben Abdelaziz el Tuyibí ampliar las fortificaciones de Calatayud para hacer
frente a la rebeldía de los musulmanes de Zaragoza, los Banu Casi.
Durante el emirato de Córdoba, Calatayud formaba parte de la región fronteriza norte, o Marca Superior, con capital en
Zaragoza, siendo a su vez cabeza de un importante distrito que incluía también a Daroca. En el año 937, Abderramán III tuvo que sofocar una nueva rebelión, esta vez de los tuyibíes, que
gobernaban en Zaragoza, sitiando y tomando Calatayud. Tras la desmembración del califato en el año 1031, Calatayud pasó a ser una de las principales ciudades del reino taifa de Zaragoza, que
alcanzó momentos de gran esplendor cultural, gobernado por sucesivamente por las dinastías, procedentes de Yemen, tuyibí y hudí. Hacia el año 1050, con Muhammad ben Hud, y durante un periodo se
semiindependencia, Calatayud acuño su propia moneda.
En el año 1120, Alfonso I de Aragón, dos años después de la conquista de Zaragoza, puso sitio a Calatayud, que acabó por rendirse tras conocer la noticia de la
derrota del ejército almorávide que venía en su auxilio.
El conjunto defensivo de Calatayud está formado por cinco castillos unidos por más de 2.250 metros de lienzos de muralla
conservados en la actualidad. En la muralla existe un interesante arco de herradura de tipo califal.
El castillo de Doña Martina, el mayor de todos, constituye un islote inexpugnable en el centro de la ciudad islámica, que sería después la alcazaba. Su planta
es alargada, y mide 140 metros. Está flanqueado al norte y al sur por los barrancos de la Rúa y las Pozas. Es el único castillo construido en buena parte con piedra sillar de caliza, con un
enigmático entramado de madera, siguiendo técnicas constructivas yemeníes, en el muro de poniente. Se encuentra en ruinas.