villarroya
El Conjunto de Castillos Medievales de Villarroya de la Sierra se levanta sobre los cerros del primitivo casco urbano, dominando el caserío. Se trata de dos torreones defensivos conocidos como los castillos del Rey y de la Reina.
Situado a poniente se encuentra el torreón defensivo más antiguo, de origen musulmán, está fabricado a base de tapial de tierra y fábrica de sillar. Se le conoce como el Castillo de la Reina y podemos fecharlo en los siglos X-XI.
Junto a la puerta occidental de la muralla que rodea la población, se encuentran reutilizados unos sillares almohadillados procedentes del castillo viejo, que son de acabado islámico.
Tras la reconquista cristiana y la ampliación de población, se construyó el castillo situado a oriente, del que se conserva la torre defensiva principal, construida en mampostería de piedra con sillares en las esquinas, y parte del recinto amurallado que la protegía. Es el Castillo del Rey fechado en el siglo XIII.
Villarroya de la Sierra conserva un importante conjunto de castillos medievales. En lado Oeste perduraba una fortificación del siglo X al que se añadió en el
siglo XII el Castillo del Rey, tras la conquista de esta población musulmana por Alfonso I. El recinto fortificado se amplia en siglos posteriores con el Castillo de la Reina y una muralla que
unía a ambos. Así se presentan dos castillos levantados sobre dos cerros y ligados por una muralla.
El castillo del Rey se encuentra sobre una elevación del terreno, sobre el cerro más elevado a la entrada de la población. Queda algún resto del recinto que rodeaba esta fortaleza y de la puerta
de acceso al mismo, en arco apuntado al exterior y rebajado al interior.
En el centro del recinto se eleva una torre de mampostería y sillares que refuerzan las esquinas. Tiene planta rectangular de unos 7 por 9 metros y considerable altura. Conserva el remate almenado y en sus muros se aprecia la existencia de aspilleras y alguna ventana.
Esta población tiene origen musulmán y fue conquistada en el siglo XII por Alfonso I con la colaboración de Guillermo de Poitiers. Tras la conquista se refuerza la seguridad de la zona construyendo una fortificación que se añade a otro castillo anterior de origen musulmán.
En 1263 Jaime I dona Villarroya de la Sierra a Berenguela Fernández; años más tarde, sobre 1357, Pedro IV mandó reparar las defensas de la población, lo que no impidió que cayera en manos
castellanas en 1362. Devuelta a Aragón, de nuevo fue conquistada por los castellanos en el siglo XV y recuperada de nuevo por los acuerdos de 1454.
Todo el conjunto fue restaurado a mediados de la década de los 90.