rodén
Rodén es una pequeña localidad perteneciente al municipio de Fuentes de Ebro, en la provincia de Zaragoza. Se encuentra a 3 km de la cabecera del municipio y a 27 km al sureste de Zaragoza. El pueblo viejo de Rodén fue abandonado tras la guerra de 1936, construyéndose uno nuevo a los pies junto al arroyo Ginel. Recuerda a un Belchite en miniatura.
Castillo de Rodén con la única cúpula que queda y que nadie se explica como se sostiene. Amenaza ruina desde hace años. Es el único espacio cubierto que
queda del pueblo viejo. Tendría la plaza de amas. En el centro quedan restos de un aljibe.
Existe una leyenda, como en muchos castillos, que desde el castillo por un subterráneo se podía llegar al arroyo Ginel. La plaza con el ayuntamiento se encuentra más abajo. Al acabar la guerra se habilitó allí una capilla. La estructura del castillo se puede colapsar. Recuerda un poco al castillo de Cadrete, que era de raíz islámica. En la parte superior había otra nave con bóveda, se ven los arranques.
En el valle quedan restos de alquerías árabes… y en un cerro próximo quedan los restos de un torreón islámico.
El viejo Rodén murió en la guerra civil. Durante la contienda, las casas fueron desmanteladas. Sus piedras y vigas se utilizaron para excavar trincheras que todavía aguantan y en las que nadie resiste. La iglesia de San Martín, una joya de inspiración mudéjar, quedó hundida para siempre (pero con una torre en piedra de alabastro desafiando al paso del tiempo). Sus vecinos no soportaron la desolación que dejó el enfrentamiento. Rodén fue abandonado a pesar de los pocos vecinos que se resistían a marcharse. En la actualidad, una visita a sus calles permite enfrentarse al abandono: a las hierbas que crecen en los portales, al óxido, a las sucias telas de araña. Al final pudo el olvido y un nuevo pueblo acogió a los antiguos vecinos.
Esta localidad, perteneciente al cercano municipio de Fuentes de Ebro, se encuentra en la margen derecha de la rica vega del río Ginel, pequeño arroyo que nace cerca de la ermita de María Magdalena y muere a los pocos kilómetros en el Ebro, no sin antes regar una preciosa huerta, que resalta entre el pelado y árido entorno que la rodea, con aguas que poseen la propiedad de endulzar las cebollas de la zona (eso dicen) y de acelerar el desarrollo de las hortalizas.
En sus inmediaciones encontramos buenas canteras de alabastro que en tiempos sirvieron para la construcción de las viviendas que formaban el pueblo viejo, donde cabe destacar los restos de la antigua fortaleza y de la iglesia parroquial de San Martín, una interesante obra de clara raíz mudéjar. Trinchera que todavía llega de Rodén a Fuentes de Ebro.