godojos
Las primeras noticias del castillo corresponden al año 1278 cuando Pedro III encargó su defensa a Lorenzo Martínez de Artieda. En 1396 Juan I lo dio a Rodrigo Lorenzo de Heredia junto con la villa de Sisamón. Ambas poblaciones comenzaron a ser la base del señorío de una rama de la familia. Más tarde, en el siglo XV se convirtió en la torre señorial de los Fernández de Heredia y posiblemente a esta época corresponde la restauración de la torre. El dominio de la familia perduró hasta el siglo XVI pero en 1610 Godojos ya pertenecía al marqués de Camarasa, señor de Ricla, Muel y Villafeliche.
Del antiguo castillo señorial se aprecian algunos vestigios del recinto exterior, de planta trapezoidal. En su extremo suroeste se alza el único resto bien conservado que es la torre del homenaje o donjón, mientras que en el otro queda la mitad de una torre rectangular partida verticalmente, con fábrica de sillarejo exterior y encofrado interior, que presenta graves problemas de deterioro, sin que sea posible precisar su relación con el resto del conjunto.
El donjón, está defendido a su vez por una muralla perimetral de gran altura y planta muy quebrada que forma un pequeño patio con saeteras en sus muros. La torre constituye una magnífica obra de sillería en planta rectangular de 11 por 7 metros y se accede a ella desde el patio por una escalera de piedra que lleva hasta una plataforma en la que se encuentra la puerta de grandes dovelas. Encima de esta puerta se situaba el escudo nobiliar desaparecido hace décadas.
La torre está dividida en tres pisos, iluminados por ventanales, algunos geminados aunque ya sin parteluz y otros en arco conopial. La primera planta está cubierta, según Guitart, con bóveda de cañón y presenta saeteras y desde ella parte una escalera señorial que conduce al sótano y a los pisos superiores. Éstos han perdido los techos pero la planta superior conserva un arco de los que sostenían la cubierta. El remate conserva íntegros los matacanes continuos, que se apoyan en ménsulas sostenidas por arquillos y coronado por almenas de perfil escalonado y perforadas con saeteras.
Al pie de la torre, a través de un agujero en el muro, se accede a lo que pudo ser el pozo de la torre, actualmente cegado. Este se cubre por una bóveda de cañón con orificio en la clave, también cegado. La torre, en su parte inferior, en los dos lados que dan a la población, y por tanto de mayor desnivel, cuenta con dos contrafuertes en terraplén, para mejor sujección de este.
En el lado norte, a nivel de suelo, existen unas estancias de planta rectangular sostenidas por arcos apuntados y con ventanas de gran derrame al exterior. Se supone que serían estancias añadidas a la torre para el servicio o para la tropa. Actualmente se encuentran deterioradas.
