ruinas Loarre Manzanares Segovia Coca Ampudia Ponferrada Butrón Bellver Peñafiel Olite Almodóvar Alarcón Almansa Belmonte Turégano Mombeltrán Jadraque Alhambra La Mota Monterrei San Javier Aljafería La Atalaya Alburquerque Calatrava La Nueva Cuellar Sigüenza Fuensaldaña Seseña Simancas Oropesa Peñiscola Vélez Blanco Valencia de don Juan Torija Cardona Alcázar de Sevilla Alcañiz Sotomayor Consuegra

castillos peninsulares

san juan de las águilas

aguilas_escudo

Situado al borde del Mediterráneo, el Castillo de San Juan es un conjunto castrense del siglo XVIII, con una larga historia, edificado sobre sucesivas torres de defensa de los siglos XV y XVI, formado por dos cuerpos muy bien diferenciados: la batería de San Pedro y el llamado Fuerte de San Juan. Ambos quedan unidos por un largo paso o camino al aire libre confeccionado sobre dos muros paralelos de contención, de trazado rectilíneo, que se desarrolla por la cumbrera del monte en que se enclava el conjunto.


Los puntos más elevados del conjunto dotan al paisaje de una inconfundible silueta característica por demás de las atalayas para la observación y defensa ante ataques enemigos. La ciudad se sitúa a los pies de la gran peña por la parte que no queda bañada por el mar, y en su intento de aproximación a la fortaleza sucumbe pronto ante lo escarpado del terreno.


El fuerte de San Juan conserva su volumen arquitectónico, deteriorado en remates de cubierta y fachadas, reducido a sólo lo que es obra de fábrica y maltratado por la erosión. Se desarrolla en dos plantas: una de sótano, respecto al acceso, en torno al volumen que ocupa el depósito de agua, y otra, la de acceso, que se organiza alrededor del patio. A la cubierta se accedía por una escalera de caracol, hoy desaparecida, y en ella se desarrollaban labores de defensa parapetadas por antepechos de remate formando adarves de los que quedan sólo restos.

san juan de las águilas

Entre 1252 y 1284 Alfonso X puso al frente del castillo una guarnición al mando de D. Fernández Pérez de Piña, para establecer una cabeza de puente y avisar de incursiones a la nutrida tropa de la ciudad de Lorca.


No será hasta 1521 cuando se tenga la primera noticia sobre el proyecto de alzar una torre en el Cerro del Águilas. Hacia 1579 Felipe II encargará a Lorenzo Goenaga la reconstrucción de la Torre de Águilas, "siendo una de las fortalezas más seguras y famosas que torres tienen nuestros mares", y se mandó dedicar a San Juan Bautista cuya imagen era venerada en un nicho del castillo. Pocos años después, en 1596 el castillo sufrió los efectos de un fuerte terremoto.


En 1643 se le envía un escrito al rey comunicándole que los moros han destruido la torre de las Águilas y en 1652 Felipe IV ordena al Concejo de Lorca que reconstruya la Torre.


Con todo, durante la primera mitad del siglo XVIII la torre de Águilas permaneció en un estado de semipostración, aunque fue mejorada en algunas armas. Hacia 1751 el ingeniero Sebastián Feringán remite un informe sobre el estado del castillo al marques de la Ensenada, pero a pesar del grave peligro que la torre arruinada conllevaba para la zona, el nuevo castillo no se levantó hasta 1756.


Fernando VI lo mandó reedificar de sus ruinas para defensa de aquella costa, noticia que consta en una lápida de mármol blanco a la entrada de la fortaleza. El encargado de realizar la obra fue Juan Francisco Chardenoux. Sobre la antiquísima ruina Carlos III lo mandó reconstruir de nuevo a fin de que sirviera de defensa a la población, que ya había aumentado, ante los continuos ataques berberiscos y para dar seguridad a sus puertos. Desde entonces fue uno de los castillos mejor fortificados. Reconstruido en forma circular, con una gola y sibellín terraplenado dispuesto para montar artillería.

Template by Clairvo Yance
Mariano García marianogarcia.besaba.com and Mariano García.