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El castillo de Alange o castillo de la Culebra se localiza en el municipio pacense de Alange. Su época de esplendor coincidió con el periodo de dominación musulmana. Destacan la torre del homenaje y las fabulosas vistas que se disfrutan desde su elevada ubicación.
El castillo de Alange está situado sobre el llamado cerro de la Culebra, de casi 250 metros de altura, al noroeste del municipio pacense del mismo nombre, sobre el río Matachel, en las orillas del pantano de Alange. Su localización era un punto clave para el control del paso de la Vía de la Plata.
Se accede a la fortaleza por el Sendero del Castillo de Alange, pedregoso y bien señalizado, que sube, en un encantador paseo, hasta lo alto del cerro. A pesar de lo abrupto del camino, se encuentra acondicionado, y la subida a pie no revierte dificultad.
No se conoce con exactitud de cuándo data la fortaleza, pues parece que se construyó sobre un castro prerromano. No obstante, el castillo adquiere preponderancia durante la época de dominación árabe, cuando fue remodelado y ampliado.
La fortaleza ejerció un importante papel en las sublevaciones bereberes de la comarca emeritense, destacando la rebelión encabezada por Ibn Marwan, fundador de Badajoz, que perseguido por el emir Muhamad I, fue sitiado en este castillo durante tres meses en el año 875, tras los que se rindió, con la condición de poder establecerse con sus tropas y fijar su residencia en la, por entonces, pequeña aldea de Badajoz. En el año 915, Ordoño II asalta el castillo de Alange. En años posteriores la fortaleza pasará de manos cristianas a manos musulmanas en distintas ocasiones.
Tras la Reconquista, los cristianos mejoraron sus condiciones defensivas, añadiendo algunas torres.
A partir del año 1234 el castillo pasa a pertenecer a la Orden de Santiago por mandato de Fernando III y, desde el siglo XVI, va cayendo en la ruina y el olvido.
El edificio conserva la torre del homenaje, construida con mampostería y ladrillo. Se trata de un torreón cuadrado de cinco metros de lado con recios muros. También se conserva un lienzo de muralla y parte de otra torre. Más abajo, se pueden observar restos de muralla y uno de los aljibes de que disponía la fortaleza, así como la conocida puerta del Sol, recientemente reconstruida.
Otro aspecto destacable son las impresionantes vistas que se disfrutan desde lo alto de la fortaleza y durante el sendero de acceso.
