torre de los varona
La Torre-Palacio de los Varona es la única fortaleza de Araba/Álava que conserva su foso y, según la historiadora Micaela Portilla, “uno de los conjuntos fortificados mejor conservados de la provincia”. La torre es Monumento Nacional desde 1949 y Conjunto Histórico Artístico Monumental desde 1982. Este complejo arquitectónico de marcado carácter militar sigue habitada por descendientes directos de la familia desde el siglo XII, cuando los Varona tomaron importancia en algunos acontecimientos decisivos de la época.
El edificio consta de tres periodos arquitectónicos. En un principio hubo una torre de madera que se quemó. La Torre actual que se puede observar hoy es del siglo XIV, estilo Castellano Señorial, y un siglo después, siglo XV, se añadió el palacio Gótico Renacentista.
El apellido Varona fue concedido en el siglo XII por la batalla de Alfonso de Castilla y Doña Urraca, contra Alfonso I El Batallador rey de Aragón y Navarra, en los campos de Soria. Doña María Ruiz Pérez fue la mujer que hizo prisionero a Alfonso I El Batallador en la lucha contra Alfonso VI Rey de León y Castilla, quien consideró que dada su valentía debería, en el futuro, llamarse “Varona” y de ahí el apellido.
Por lo tanto, los Varonas permanecen en el solar desde el siglo XII, y anteriormente estuvieron sus antecesores, los Pérez, desde el siglo VII. Visitar la Torre-Palacio de los Varona supone sumergirse en la vida que acogieron sus habitaciones y salones, que han sido recuperados gracias a la Diputación Foral de Alava, al igual que el conjunto arquitectónico que también conserva todo su esplendor. Se pueden observar objetos de los siglos XV al XX. Su mobiliario con camas con dosel, alacenas repletas de vajilla de la Cartuja de Sevilla y cristalería de Bohemia o las mesas de escritorio y librerías con verdaderos incunables. Sobrecoge la decoración de las paredes, con papeles pintados, siglo XIX, de París, Alsacia y España, sobre todo los papeles panorámicos; y la colección de piezas únicas de los Varona, tales como uno de los primeros pianos verticales de Londres o bombillas con su apellido serigrafiado (según los estudios, fue uno de los primeros puntos donde llegó la luz eléctrica).
Desde fuera se pueden observar la mayoría de los elementos defensivos de las fortificaciones medievales, tanto en la torre como en el palacio así como un foso lleno de agua que lo protege en tres de sus lados.
La Torre de los Varona tuvo como objetivo vigilar los caminos que venían desde Castilla a la costa del cantábrico y de la Rioja al Valle del Ebro. Unos cruces de caminos, que, aun hoy, se pueden divisar a la perfección desde lo alto de la torre. Y es que, ubicada estratégicamente en medio de una planicie, dominando todo lo que la rodea, esta torre domina gran parte del valle en el que se ubica. Debemos indicar que sobre estas tierras pasaba una calzada romana que unía Astorga y Burdeos con el mar Cantábrico pasando por Orduña, un hecho, que promovió la construcción de este tipo de edificaciones militares en la zona en la que nos encontramos. Eso sí, de todas ellas, la Torre de los Varona es la que mejor se conserva.
Hoy en día la torre sigue siendo ocupada por un descendiente directo de los Varona, haciendo que esta torre sea especialmente única en este sentido. Y es que, en la actualidad, no existe otra estructura de estas características donde la familia que la ha ocupado durante más de 500 años siga viviendo en ella. A día de hoy, el señor de esta torre, Rodrigo Varona, descendiente directo del linaje originario de esta Torre Palacio, sigue viviendo en su interior. Con él, son ya 40 las generaciones (13 de los Ruiz Perez y 27 de los Varona) que han ocupado este complejo vasco. Como dato curioso, debemos mencionar que todos los descendientes varones de esta familia eran de nombre Rodrigo, 27 generaciones para ser exactos, siendo el actual, el último de los Rodrigo de los Varona.
