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castillos peninsulares

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Ponferrada, la capitalidad del Bierzo, cuyo reducto de lo que fue la antigua ciudad se asienta sobre una meseta situada poco antes de confluir los ríos Boeza y Sil. Al borde de una meseta sitúase este castillo-fortaleza-convento.

 

Es uno de los castillos más representativos de la vida del Temple y uno de los modelos de arquitectura militar de más hermosa silueta. Desde este castillo los caballeros del Temple protegían los peregrinos a su paso por Ponferrada camino de Compostela.

 

Aquel poblado de San Pedro que fundara el astorgano obispo Osmundo a fines del siglo XI, le dotó de un puente con zunchos de hierro, que dio nombre al poblamiento: «Ponteferrato» y se organizó por el adelantado Fernán Fernández, ascendiente de los Tovar, recibiendo Fuero de Don Alfonso IX en 1206. Sobre el Boeza había otro puente en 1188, el «Pontem Buyeza».

 

En el año 1178 los Reyes de León donan Ponferrada a la Orden del Temple, con la misión de socorrer y proteger a todo transeunte que pase por la hoya berciana. A comienzos del siglo XIII amplían y fortifican la ciudadela romana y para mediados de siglo ya disponen de su amplio castillo con carácter de fortaleza, palacio y cenobio. Cuando se extinguió la Orden del Temple en 1312 pasó el castillo a propiedad de la corona de León.

 

Don Pedro el Cruel tomó castillo y ciudad y los donó en señorío a su desposada Dona Juana de Castro, la desamada. Pasó luego a Don Pedro de Trastámara, casado con Doña Isabel de Castro y le sucedió en la propiedad en 1400 su hijo Don Fadrique de Castilla, duque de Arjona; pasó después a su hermana Doña Beatriz de Castro, condesa de Lemos, casada con el señor de Cabrera, Don Pedro Álvarez Osorio. Hubo luego luchas intestinas entre familias por la posesión y propiedad de la fortaleza: entre una hija del señor de Cabrera, a quien apoyaba el conde de Benavente, y Don Rodrigo Osorio, nieto bastardo del señor de Cabrera.

 

Al fin, intervinieron los Reyes Católicos y recabaron castillo y ciudad para la corona y nombraron alcaide de la fortaleza al marqués de Villafranca en 1486 y al cabo de setenta años más esta familia del marqués lo adquirieron por compra.

 

En el siglo XIX y primer tercio del XX sufrió mucho despojo y sus piedras sirvieron para otras edificaciones, hasta que se declaró monumento histórico nacional en 1924.

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Asentado en el promontorio su planta es poligonal irregular, de 170 metros de larga y 100 metros de ancha. Un foso lo rodeaba por sus costados norte, oriente y mediodía, mientras que por occidente tiene el foso natural de terraplén hacia el río. Su entrada es una estampa suntuosa y bella con dos torreones cilíndricos de mampostería y almenas de albardilla y terraza voladiza. El paso se hace por una barbacana que daba a la plaza donde estaban las dependencias conventuales.

 

A otro plano más alto se situaba el recinto defensivo con almenas y troneras. Los torreones de la entrada, la puerta y el rastrillo forman un conjunto expresivo de regusto gótico. En la parte izquierda del patio de armas se yergue airosa la soberbia torre del homenaje, con una inscripción en latín que dice: «Si el Señor no protege la ciudad en vano vigila el que la guarda». Una gran «tau», la «T» griega, indica el emblema de los Templarios. Desde uno de los patios había una comunicación con el río Sil, para surtirse de agua y víveres.

 

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El castillo disponía de torres en sus ángulos y luego se le fueron agregando puertas, barbacanas, capillas, vigas, estribos, modillones, galerías y miradores, así como otros postigos en el adarve para la ronda. El convento caería en la parte meridional del recinto, todo ello de mampostería de pizarra.

 

Sus muros hablan de todas esas familias: Templarios, los Álvarez Osorio, los Enríquez, los Castro, los Lemos, los Reyes Católicos, todo el románico al siglo XV, en la siembra profusa que poseían escudos nobiliarios: la T, tau, el yugo y las flechas de los Reyes Católicos, la heráldica de lobos de los Osorios, el emblema de seis roeles de los Castro y el castillo y el león de los Enríquez.

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Mariano García marianogarcia.besaba.com and Mariano García.