corullón
Como centinela sobre una hoya berciana inigualable en belleza paisajística se levanta airosa la torre de este castillo, cubierta de hiedra.
Queda muy cerca de Villafranca, Corullón, el pueblo de las cerezas, pasando San Fiz de Visonia, la fundación monacal de San Fructuoso, de la que hoy sólo quedan los restos románicos de una bella iglesia rural y nada de la antigua fundación visigótica. Muy cerca la iglesia de San Miguel, con un románico bellísimo; la de San Esteban de otro románico distinto y la de Santiago, cerca del Castillo.
El castillo era del siglo XV, de silueta muy hermosa, tanto que su torre fue copiada para reproducirla en Toscana. Hoy queda poco mas que el torreón y los restos que alrededor formaban el recinto cuadrangular de la villa. Poco valor arqueológico se encuentra ya en él.
Perteneció a los marqueses de Villafranca y antes fue de los Álvarez Osorio y los Valcarce.
Hay que ver por donde se descolgaría aquella moza, hija del marqués Don Pedro que fue virrey de Nápoles. Hubo de ceder el padre ante las pretensiones de la hija y construirle el convento de la Anunciada en Villafranca, de estilo renacentista, para que ella se sintiera monja abadesa.
La Anunciada guarda hoy los restos de San Lorenzo de Brindis y un tabernáculo de dos cuerpos en bronce dorado con jaspes, lapislázuli, columnas de mármol negro y blanco veteado. Se trajo de Italia, robado en Roma, cuando el saqueó de la ciudad y pertenecía a la basílica de San Pedro, cogido por este fundador de la Anunciada, aunque el gran basamento hubo que tirarlo al mar por su gran peso, con ocasión de una borrasca.
Don Pedro de Toledo, marqués de Villafranca, dueño también del castillo de Corullón, acaudillaba como capitán general las tropas españolas en Nápoles.