narros de saldueña
Lo que representa a Narros es el Castillo del Duque de Montellano. Únicamente es visitable exteriormente, ya que es de propiedad particular. Situado en un extremo del casco urbano, en una destacada prominencia del terreno se alza, majestuoso este castillo-palacio, con un acusado perfil de caserón cuadrado, que fue elegante mansión de agradable perfil arquitectónico.
El Castillo comenzó a edificarse a finales del siglo XV, por Ródrigo de Valderrábano, hijo del fundador del mayorazgo de Saldueña. Es un ejemplo claro de Castillo-Palacio, donde la imponente torre del homenaje, de cuatro cuerpos, recibe a los visitantes.
De planta rectangular, esta construido de placas de tapial (argamasa), estando encintadas con ladrillo, lo que lo relaciona con el estilo mudéjar. Además de la
torre, dispone del patio de armas, la galería que ocupa un gran espacio interior, estando el Castillo rodeado por una barbacana, es decir, un terraplén que hacía las veces de estructura
defensiva.
Reconstruido en los años 60, se encuentra en un buen estado de conservación, completo y restaurado. Estando bajo la protección de la Declaración genérica del
Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
En el recinto interior, en un extremo de la torre de Homenaje y las garitas, de forma cuadrada y voladas sobre el tapial, cuentan con tres ventanas al exterior
en uno de los ángulos y cuatro hacia el otro lado, dándole un aire distinto a los demás palacios. La torre consta de cuatro plantas y una plataforma que se construyó 25 años antes que el
recinto.
Los torreones fueron construidos en 1460 y 1500. Después toda la construcción sufrió reformas adquiriendo un aspecto residencial. Las almenas puntiagudas dan
ligereza al conjunto.
En el interior, un gran patio de armas, cuadrado con galerías sobre columnas y capiteles. El edificio consta de dos plantas residenciales con salones y cámaras con techos artesonados. Todo el
conjunto muestra una amplia mansión.
Su historia discurre paralela a la del pueblo y en línea con las relaciones de poder que han existido en Narros desde el fortalecimiento de los Valderrábano. Fue mandado construir a finales del
s. XIV como morada de Rodrigo V. En 1840 pasa a una familia de Narros, que se lo compró al Duque de Montellano. Luego lo venden a Estanislao Llopis y Llopis que lo restauró en 1963, y actualmente
es una vivienda de propiedad privada en buen estado de conservación.