el castellar
El castillo del Castellar está enclavado sobre un cortado en lo alto de los montes del Castellar, en la margen izquierda del río Ebro, cauce que lo separa del municipio. El castillo del Castellar se levantó en el año 1080 tras la primera ocupación del rey Sancho Ramírez de la ribera del Ebro, como fortificación militar para defenderse de las incursiones árabes. En el año 1085 fue donado a su hijo Pedro, junto con otros señoríos y el título de rey.
Cuenta la leyenda que el rey Alfonso I el Batallador encerró a su esposa doña Urraca en este castillo, hasta que fue sacada de él por varios hombres ricos gallegos.
A cobijo del castillo, creció la villa del Castellar, una rica población a la que se le concedió carta puebla en 1091, que llego a tener cerca de 6000 habitantes en 1466, cuando fue brutalmente saqueada por la plebe baja de Zaragoza y comenzó a despoblarse hasta quedar totalmente deshabitada. El castillo estaba rodeado de una muralla, de la que pueden intuirse 60 metros, de un espesor de 2,40 metros y una altura de 8 metros.
En su interior había cuatro iglesias, la de San Pedro, la de San Miguel, la de Santa María la Antigua o Nuestra Señora del Rosario conocida después como del Castellar, y la ermita de Santa María Magdalena. Había molinos que servían para proporcionar agua, para molienda.
Debido a su situación en un escarpado y a la composición del terreno sobre el que se asentaba, hoy ha quedado prácticamente destruido por los desprendimientos del terreno.
Las ruinas del castillo se componen de los restos del castillo en la parte más elevada, junto a la iglesia y el cementerio que estaban situados a poniente, las ruinas de antiguas viviendas en la ladera del monte, y parte del recinto amurallado que protegía todo el conjunto.
