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El actual Castillo El Guzmán el Bueno de Tarifa se supone la continuación de una anterior fortaleza que el caudillo Tarif y sus seguidores intentarían afianzar como cabeza de puente para sus incursiones a la península, fortificándola.

 

Lo construye el gran califa cordobés Abdarrahmán III, en el año 960, encargando de la obra al visir Abdarrahaman ben Badr. Se trata de una fortificación de planta trapezoidal asentada sobre una elevada meseta rocosa, de arquitectura militar califal de inspiración bizantina. Sus muros se articulan mediante torreones cuadradas en ángulos y lienzos , separados a igual distancia, que le confieren una sólida imagen; lo cual se refuerza por su ubicación junto al mar, que le proporciona una protección adicional y favorece sus defensas.

Tarifa, dominada por las tropas invasoras desde el año 711, es reconquistada en 1292 por las fuerzas cristianas al mando de Sancho IV, lo cual supuso el triunfo más esperado y señalado de toda la Reconquista durante la segunda mitad del siglo XIII. Pero no fue hasta 1340 cuando, tras la Batalla del Salado, pasó definitivamente a manos de los reyes cristianos, quienes durante años trataron de evitar nuevas intrusiones venidas del Norte de África.

 

De este castillo parten las murallas que a raíz de una primera cerca musulmana envuelven a la ciudad de Tarifa, y de la que se conservan lienzos y puertas de gran interés. Durante la época almohade, en el siglo XIII, le fue añadida la coracha o muro que comunica el primitivo recinto con la torre octogonal albarrana, situada exenta en un extremo.

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Se le conoce como Castillo de Guzmán El Bueno debido a la heroica gesta de don Alonso Pérez de Guzmán, entonces alcaide de la fortaleza, quien en 1295 ve cómo el desleal don Juan, hermano del rey se sitúa con 5.000 jinetes árabes ante los muros de la ciudad y amenaza de muerte a su hijo, al que había hecho prisionero, si no entrega el castillo y rinde la plaza. La historia cuenta que el alcaide, en un acto de valor y servicio a su rey, decide no entregar la plaza y arroja su propio puñal desde el torreón, con el cual los sitiadores cumplen su amenaza. Por este gesto don Alonso, llamado desde entonces El Bueno, fue merecedor de privilegios reales y nobiliarios, y fundador de toda una dinastía y señorío: la Casa de los Guzmán, de gran influencia durante siglos en tierras de Andalucía, con sede primero en Medina-Sidonia, y más tarde en Sanlúcar de Barrameda.

 

Ya en época cristiana, se abren ventanas y se levanta la impresionante torre octogonal del Homenaje, conocida hoy como de Guzmán El Bueno.

 

Con el paso del tiempo el castillo se restaura en varias ocasiones. Así, en el siglo XVII hubo de ser reformado debido al ataque de la piratería berberisca que asolaba estas costas; y más tarde en el siglo XVIII parte de sus murallas se adaptan para la instalación de las nuevas armas de artillería, sirviendo durante la Guerra de la Independencia de acuartelamiento a las tropas hispano-británicas que defienden Tarifa del ejército francés durante los años 1811 y 1812. Junto a la puerta del castillo, y a los pies de dicha torre, un monumento a Sancho IV recuerda la toma de la ciudad a manos de este rey castellano.

 

Bien de Interés Cultural, el Castillo de Guzmán el Bueno está declarado como Monumento y como tal apareció publicado en La Gaceta de Madrid en el año 1931.

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Mariano García marianogarcia.besaba.com and Mariano García.