santiago
El Castillo de Santiago de Sanlúcar de Barrameda se levanta en la zona alta de la ciudad sobre la antigua barranca para la defensa de la ribera y de la dembocadura del Guadalquivir, en un ángulo de la antigua muralla que rodeaba la población. Es el edificio más antiguo y monumental de Sanlúcar, de planta cuadrangular, con torres también cuadrangulares en las esquinas y torres cilíndricas en el centro de los cuatro frentes.
De toda la fábrica destaca una imponente torre exagonal que se levanta en uno de los ángulos y que, unida a una de las torres cuadrangulares, serviría como último reducto y torre del homenaje del castillo. Todo el conjunto aparece rodeado y defendido por una barbacana en cuyo interior existía un foso para defender los frentes contiguos a la población y no protegidos por el barranco.
El castillo lo manda construir el cuarto duque de Medina-Sidonia don Enrique Pérez de Guzmán, conocido como El Magnífico entre los años 1477 y 1478, sirviendo de residencia a los Reyes Católicos en el primero de los dos años citados, cuando éstos deciden venir a Sanlúcar desde Sevilla bajando por el río, por el deseo expreso de la reina Isabel de ver el mar.
La puerta principal del castillo era la misma que hoy existe, pero muy modificada, ya que en origen lo era con puente levadizo, del cual aún existen en su frente los dos huecos por los que giraban las piezas que sostenían las cadenas elevadoras del puente. Sobre la puerta existía una imagen de Santiago Apóstol, de la que sin duda tomaría su nombre el castillo.
Una vez dentro, la puerta del recinto interior no quedaba frente a la primera, sino en un costado, para hacer más difícil su entrada en caso de un posible asalto desde el exterior. Esta segunda puerta es de las denominadas de rastrillo de hierro, adornada con motivos de piedra tallada donde aparecen figuras de sirenas y los escudos de los fundadores, los Guzmán y los Mendoza. Sobre esta puerta, y para su mejor defensa existe una especie de balcón con el suelo perforado para arrojar a través de él agua o aceite hirviendo para posibles asaltantes.
El castillo estuvo artillado desde sus primeras fechas con cañones y material de artillería documentada desde 1558; material que fue perdiendo importancia con el tiempo, al igual que su propio emplazamiento, al tiempo que la ribera de la ciudad se iba poblando.
Su paso definitivo a la Corona española se produce en 1645, recuperado por la monarquía central ante el supuesto intento del entonces duque de proclamarse rey de Andalucia con el apoyo de Portugal.
En 1801 el castillo se somete a diferentes reparaciones y se le abre la entrada directa al patio que aparece hoy como entrada principal desde la Plaza de Santiago.
Durante la Guerra de la Independencia la fortaleza es utilizada por las fuerzas francesas como cuartel general, reparándose a mediados del mismo siglo XIX, y remozándose cuando se habilita para la guarnición de la escolta de los duques de Montpensier.
Cedido al Ayuntamiento de Sanlúcar en 1932, el castillo ha sido recientemente restaurado y adaptado para visitas y celebraciones sociales y culturales, recuperando así parte de su antiguo esplendor.
Bien de Interés Cultural, el castillo está catalogado como monumento, según aparece publicado en el BOE en el año 1985.