batería de urrutia
Situada frente al castillo de Sancti-Petri, fue construida en el siglo XVIII para defender la entrada a San Fernando desde el mar por el Caño de Sancti-Petri. Se encuentra abandonada.
La batería de Urrutia se encuentra situada en la Punta del Boquerón, en el municipio de San Fernando, provincia de Cádiz, frente al poblado y al castillo de Sancti-Petri, defendiendo la entrada a
San Fernando por el caño de ese mismo nombre, y enmarcada en un paraje extraordinario dentro del Parque Natural de la Bahía de Cádiz.
Su acceso se realiza a través de un agradable paseo por la playa de Camposoto, lo que permite disfrutar de un precioso paseo marítimo y visitar un bunker de mediados del siglo pasado en dicha
playa. O bien a través del sendero trazado por la ribera del río y que permite contemplar además del paisaje, flora y fauna vinculada al parque natural de la Bahía de Cádiz.
El nombre de la batería se debe al general José de Urrutia, que fue Ingeniero General del Ejército Español, cargo desde el que dio vida al Cuerpo de Ingenieros militares.
La Batería jugó un papel decisivo en el retorno de la monarquía absolutista a España tras el periodo conocido como trienio liberal. En 1823 la Guarnición de la Batería, formada por el Regimiento San Marcial, a la sazón uno de los mas potentes de la zona de la Bahía, se sublevó y entregó la posición apoyando al Duque de Angulema que al mando de los Cien Mil Hijos de San Luis trataba de volver a sentar en el trono al rey Fernando VII.
Medio oculta por la vegetación sobre la que asoman los merlones, su interior, cubierto de maleza, aún muestra los rasgos reconocibles de un patio de armas y recintos para la guardia y accesos al
paseo de ronda.
Su planta es rectangular y en el frente que mira al río está protegida por un potente lienzo de murallas, que en uno de sus extremos es curvo para proteger el flanco derecho. La subida de las
arenas de la zona, ha dejado las murallas bastante bajas.
La estructura de la muralla presenta merlones para la instalación de artillería, quedando cerrada por la parte posterior por una cerca con apertura central que da acceso a un amplio patio de
armas en el que se instalaban las diversas dependencias de la guardia, almacenes, etc...
Aunque de construcción dieciochesca, en 1845 se levantó un plano de la fortificación para proceder a su reforma tras la cual presenta el aspecto actual.
Presenta un deficiente estado de conservación y sus muros aparecen medio ocultos por la vegetación que la envuelve, otorgándole un cierto matiz romántico de la ruina. Es de acceso libre.