alcalá de los gazules
La fortaleza de Alcalá de los Gazules se localiza cerca de la Plaza de san Jorge de la gaditana población homónima, concretamente en el Cerro de la Coracha, la cota más elevada del cerro sobre el que se despliega la ciudad, y desde donde se domina todo el territorio inmediato.
Buena parte de la frontera entre los reinos cristianos y el Reino de Granada coincidía con montañas o sierras con escasa población y de baja productividad. El espacio agropecuario de las villas de frontera se reducía a la "legua", espacio integrado por el "ruedo" (dos o tres kilómetros alrededor del municipio) y el "trans-ruedo" (entre tres y seis kilómetros a la redonda). El resto del territorio se utilizaba para ganadería, explotación de bosques y caza. Por otro lado, la inseguridad de la frontera explicaría por sí sola el crónico déficit demográfico de esta franja, siendo continuos los intentos de repoblación por parte de los monarcas castellanos, sobre todo desde mediados del siglo XIII, a través de entrega de tierras, exenciones fiscales, privilegios militares, conmutación de penas judiciales, ...
Frente a esta inestabilidad, la seguridad la daban los castillos, tanto por su ubicación (en lugares inaccesibles) y sus altos y gruesos muros, como por sus características poliorcéticas. Aunque la dependencia en el abastecimiento de posiciones de retaguardia, la denominada segunda línea de frontera, era fundamental.
La cronología de la estructura que se ha conservado del castillo de Alcalá de los Gazules se remonta a la Edad Media (siglos XI y XII), en concreto ha sido identificada como una construcción de época islámica.
Con la conquista de Sevilla en 1248 se inició la ocupación de las poblaciones situadas en las cuencas del Guadalete y el Barbate; y entre ellas, Alcalá de los Gazules. Sin embargo esta ocupación fue pacífica, presumiblemente con una pequeña presencia militar castellana. Sería 1264, año de la rebelión de los mudéjares, el que marcó el desarrollo de la ciudad, ya que ésta quedaría desde entonces y durante un largo período de tiempo como villa de frontera de primera línea. Alcalá llegó a pertenecer a las tierras de realengo de Jerez de la Frontera, que cumplía el papel de proveedor de retaguardia.
En 1402 se recoge una asignación de 77.250 maravedíes al castillo de Alcalá para una población castrense de 54 caballeros, 60 ballesteros y 70 lanceros.
Finalizada la conquista, el uso dado al castillo de Alcalá, como le pasó a otros castillos de frontera, fue perdiendo el carácter netamente militar, cayendo casi en el abandono con la consiguiente ruina por la falta de mantenimiento. Se ha podido documentar que a partir del siglo XVII la planta baja de la torre del homenaje llegó a usarse como simple cuadra.
Será en el siglo XIX cuando el castillo vuelve a tener un breve periodo de uso militar, con la ocupación del recinto fortificado por las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia. Durante este periodo se levantaría una planimetría del recinto y estas mismas tropas serían las que inutilizaran las defensas al retirarse del emplazamiento, iniciándose con ello el declive final del castillo, que se aceleraría a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, llegándose ya en estas fechas a colmatar el acceso a los pisos superiores de la torre del homenaje. Finalmente, la construcción de los depósitos de agua en el recinto del castillo y la reutilización de parte de la fábrica acabaron por dejar a la fortaleza en un estado deficiente.
El castillo de Alcalá de los Gazules ha sido clasificado como "Alcázar con cerca". Es de construcción islámica (de estilo almohade más concretamente) aunque la base, por su técnica constructiva, es presumiblemente romana. No obstante, los palimpsestos constructivos no son extraños, dado su dilatado uso y la importancia de la plaza. En este sentido, hay constancia documental, por ejemplo, de que en 1294 se destinaron 3.000 maravedíes para mejorar la fábrica del castillo.
El elemento más notable es la Torre del Homenaje, de planta rectangular, tres plantas y varias estancias. Un gran talud o alambor, de construcción posterior, refuerza muy notablemente dos tercios de la altura de sus muros.
Especialmente desde su casi destrucción a manos de las tropas napoleónicas en su retirada en 1812 (casi todos los lienzos que rodeaban el patio de armas así como las restantes dependencias fueron volados) ha pasado por un largo periodo de abandono, sufriendo durante casi dos siglos un lamentable proceso de ruina; al igual que recintos otrora pertenecientes al castillo fueron cediéndose a otros usos.
Las actuaciones arqueológicas del año 2003 (llevadas a cabo por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, a través de su Delegación en Cádiz, y por el Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules), supusieron un avance en su consolidación, restauración y rehabilitación. Las labores arqueológicas se centraron en la Torre del homenaje de la fortaleza, única estructura que aunque bastante deteriorada se mantenía en pie. Posteriormente, en 2006, mediante el proyecto Cultur-Cad de la Diputación de Cádiz, se llevaron a cabo varias adecuaciones del entorno más cercano al castillo.
En la actualidad, más de diez años después de realizadas las labores descritas sobre la Torre, el acceso a su interior no esta habilitado, y las estructuras de refuerzo y consolidación muestran un notable estado de descuido y deterioro.
Fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento. Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.