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san cucao


El Castillo de San Cucao, histórica Casa de los legendarios Valdés, conocida como La Torre de Valdés, es un solar de grandes memorias, porque sus antiguos señores fueron figuras principales, no ya en el Concejo, sino en la Provincia.

La Torre de Valdés es un conjunto monumental y sobrio. La Torre de los Valdés de Llanera, es una magnífica construcción con muros de un metro y medio de grosor en la gran torre cuadrada y almenada, el conjunto está formado además de un cuerpo rectangular adosado a la torre, que la prolonga hacia el norte. Tiene su origen en una torre cuadrada medieval, mandada construir en el siglo XIV (hacia el año 1393) por Diego Menéndez de Valdés, el Mayor (miembro de esta poderosa e influyente familia). La torre tiene cubierta de teja a cuatro vertientes por un remate almenado con garitones cilíndricos en sus ángulos. Se conservan diversos huecos con parteluces, algunos primitivos, que pueden corresponder al siglo XV. La construcción es un conjunto amable y bien dispuesto en el paisaje.

Como tantas otras torres y castillos, tiene su leyenda, se relata en viejas historias que Don Diego Menéndez de Valdés, a quien con razón apodaban «El Valiente», dueño y señor de la Torre de San Cucao, se negó a prestar auxilio a Don Enrique de Trastámara, quien luchaba por el trono de España contra su hermano el Rey Don Pedro. Cuando murió el Rey y Enrique subió al trono, Don Diego fue perseguido. Tal fue la saña de la persecución, que para salvar su vida, se vio obligado el noble caballero asturiano a recluirse en un monasterio de Galicia. Pasados los años y durante unas fiestas reales que se celebraban en Valladolid, hubo luchas (suponemos que serían grecorromanas), en las que los luchadores españoles fueron derrotados por los franceses. Pidió el monarca nuevos caballeros que tomaran parte en las luchas. Entonces, se presentó en la plaza un caballero vestido de negro y con el rostro cubierto por la visera del casco. Uno a uno fue derrotando a los caballeros galos, por lo que tuvo gran satisfacción del Rey. Terminado el espectáculo, llamó el monarca al desconocido caballero, a quien preguntó quién era: «Soy un antiguo vasallo de vuestra Majestad, que no os quiso dar posada ni ayuda cuando Vos la demandasteis en San Cucao de Llanera; mi casa está arrasada y mis tierras sembradas de sal.» El Rey, como premio a su valentía, le devolvió sus tierras con el perdón. Don Diego volvió a Llanera y reedificó su Torre en el solar de la que había sido desmantelada por orden de Don Enrique de Trastámara.

La torre y el cuerpo rectangular se reformaron en numerosas ocasiones (la última en 1989), dando lugar a la construcción actual, cuya mayor parte parece corresponder a los siglos XIX y XX. Así, la torre, que tiene plantas, reemplazó principios del s. XX su cubierta de teja a cuatro vertientes por un remate almenado con garitones cilíndricos en sus ángulos; el cuerpo adosado, con dos plantas y desván, culmina de igual modo.

En la fachada este de la torre se conserva una de las ventanas geminadas originales con tres escudos de armas, modelo que se utilizó para construir los vanos de la fábrica neohistoricista. Los escudos están tallados directamente sobre la piedra y son: Valdés, Castilla y León y Bernaldo de Quirós. Las armas de los Valdés que aquí se ven son las más antiguas que se conocen de este linaje.

La disposición interior no se adapta a los esquemas palaciales tradicionales, sino a las necesidades funcionales para su uso como residencia.

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Mariano García marianogarcia.besaba.com and Mariano García.