asturias
Sólo una veintena de los 300 castillos, torres y fortalezas de los que existe constancia en Asturias se han conservado en buenas condiciones, otro centenar se encuentra en situación precaria y el resto ha desaparecido.
De los 300 castillos, torres y fortalezas de los que se tiene constancia, sólo quedan restos de un centenar; ya que de los otros sólo hay noticias de archivo, y sería preciso realizar una excavación arqueológica para recuperar las ruinas. Por ejemplo, Forte Implano, que estaba situado en la comarca de Llanes, se cita en documentos medievales como un castillo, pero nunca se conocieron sus restos, y lo mismo pasa con el castillo de Aguilar, situado en la zona de Tapia, o con el castillo de Suarón --que estaba entre Vegadeo y Castropol, y aparece en muchos documentos, pues se trataba del castillo principal de occidente.
Los más antiguos castillos y torres de los que tenemos constancia datan de los siglos I al III, pero de ellos sabemos muy poco. Lógicamente, se conocen y se mantienen mejor los más recientes, y entre los siglos X al XIII llegaron a tener una función muy importante.
Algunas de estas construcciones están muy bien estudiadas, por ejemplo, el castillo de Peñaferruz, en Gijón, del que se sabe que era una pequeña fortificación y ahora se conoce como la palma de la mano, ya que se llegó a construir con técnicas multimedia.
De algunos quedan restos de todas las estructuras, como por ejemplo, del castillo de Gozón, en Raíces (Castrillón).
Las bien conservadas son, sobre todo, las torres bajomedievales construidas entre los siglos XV y XVI. Como ejemplo, Avelino Gutiérrez pone las de Ciaño (Langreo), Olloniego, Bascones (Grado), Peñerudes (Morcín), Salas, Bandujo (Proaza), Noriega (Ribadedeva), Palacio de la Ferrería (Nava) y Torre de San Cucao (Llanera).
En el otro lado de la moneda están las construcciones que han desaparecido recientemente. Por ejemplo, la torre de Argüelles (Siero), ; la de Tresali (Nava); y Tineo, por citar algunas, todas ellas derruídas en el siglo XX.
Lo más habitual es que se conserven sólo restos, como en el caso de la torre de Soto de los Infantes (Salas), y que esos escasos muros estén ahogados por la vegetación.
El centro y oriente de Asturias son las zonas que conservan más vestigios, y además, los más antiguos, pero en esto no hay reglas. Por ejemplo, en Grado hay muchas torres medievales, y en el vecino concejo de Las Regueras, ninguna.