torre de don fadrique
Fue levantada en el año 1252, según puede verse en la inscripción de su portada, por el segundo de los infantes de Castilla, don Fadrique, hijo de Fernando III el Santo y rival de Alfonso X el Sabio. Muerto el infante Fadrique en 1277 por orden de su hermano Alfonso X, las huertas, el palacio y la torre fueron cedidas a la Orden de Calatrava, pasando así a formar luego parte del del convento de religiosas franciscanas. Instaladas las monjas clarisas en 1289 en la casa-palacio de don Fadrique, éstas con el tiempo construyeron aquí el actual convento de Santa Clara (durante los siglos XV y XVI), en unas remodelaciones que afectaron a todo el conjunto arquitectónico hasta el punto de quedar en pie sólo esta torre.
Realizada en todo lo esencial en ladrillo (algunos elementos de base y otros decorativos fueron hechos en piedra), la torre es de planta cuadrada de 5,40 metros de lado. Se levanta exenta en el interior de la huerta o jardín como un excepcional mirador desde el que se llegaba a alcanzar con la vista gran parte del caserío sevillano y el río Guadalquivir, así como la colina del Aljarafe y la campiña próxima a la ciudad. Su volumen presenta tres cuerpos bien diferenciados, en el primero de los cuales se abren unas sencillas saeteras.
El segundo cuerpo presenta unas inusuales -en estas tierras- ventanas románicas; y finalmente en el tercero y último, unos ventanales góticos. Tanto la puerta de entrada como las ventanas del segundo piso son de medio punto, mientras que las ventanas del piso superior presentan arcos apuntados de tracería polilobulada y columnillas, todo ello con mayores dimensiones que las de la planta inferior.
El último piso cuenta en su coronación con una airosa serie de almenas, bajo la cual, en los ángulos, sobresalen unas
pequeñas gárgolas. Bien de Interés Cultural, la Torre de don Fadrique está catalogada como monumento, y así aparece publicado en la Gaceta de
Madrid del año 1931.