fuentes de valdepero
La historia del castillo de Fuentes de Valdepero está íntimamente ligada al linaje de los Sarmiento. Ya en el s. XIII aparecía la familia Sarmiento como rica hacendada vinculada a Villarramiel,
Lomas y el Valle de la Cueza; de su especial dedicación a la viticultura pudiera derivar el apellido “Sarmiento”.
Tras sucesivas transmisiones en 1739 el Castillo y el título condal pertenecían a Doña María Teresa Álvarez de Toledo con quien entroncó con la Casa de Alba, que en la actualidad sigue detentando el titulo de Condesa de Fuentes de Valdepero en Doña Cayetana Fitz-James Stuart, Duquesa de Alba. La propiedad del Castillo sin embargo se desvinculó de la Casa de Alba en 1874 por venta de D. Jacobo Fitz James Stuart.
Tras diversas transmisiones la Diputación de Palencia lo adquirió en 1995, gracias al impulso y las gestiones de la Asociación de Amigos del Castillo y Monumentos de Fuentes de Valdepero. Desde entonces se están realizando importantes obras de rehabilitación del Castillo y acondicionamiento del entorno, así como la nueva edificación inserta en el patio de armas destinado a Archivo de la Diputación de Palencia.
Construido en piedra con grandes sillares, presentaba un recinto cuadrado con cubos en las esquinas y una gran torre del homenaje en el lienzo Norte.
Mide aproximadamente 60 metros de largo y 37 metros en su parte más ancha (patio de armas) ocupando una superficie de algo más de 2.000 m2, con un perímetro de 170 metros lineales. La torre del homenaje tiene una altura de 80 metros. Las medidas antiguas, suministradas por el Catálogo Monumental de la Provincia de Palencia, eran aproximadamente: “22 metros de alto, 130 de largo y 180 de ancho”.
El patio de armas es más simple, consta de un cuadrado con un cubo amatacanado en cada esquina, de los que solamente se conservaba entero el del lado Sudeste (consolidado recientemente), el del Nordeste estaba semiderruido y ha sido totalmente reconstruido. Los dos del lado Oeste están totalmente destruidos, el del Sur, que probablemente lo fue durante la revuelta comunera, se reemplazo por un mojón. El acceso a los cubos se realizaba solamente desde lo alto del adarve, al que se llegaba desde la terraza que da paso a la torre del homenaje.
Este castillo también tiene su leyenda. Aseguran las gentes del pueblo que existió una espada cuya empuñadura, envuelta en un pergamino, se alojaba dentro del muro. Estaba situada, el arma, entre las dos rodelas que portan las armas de los Sarmiento, en el cubo del Sudeste. En ese lugar salía la hoja de acero del muro y la razón de su existencia era simbolizar la jurisdicción criminal del señor sobre los vecinos. Para otros, tenía una utilidad más macabra, servía para ajusticiar a los condenados a muerte, arrojándolos desde las almenas sobre su hiriente filo. Pertenecía, el templado acero, para unos al padre de Bernardo del Carpio, el conde de Saldaña, y para otros al propio héroe de Roncesvalles.